Adulto o joven. Casado o no. Las relaciones son complicadas. Y además, si eres creyente existe una relación más en la que tienes que esforzarte por ser lo suficiente bueno. Pero las obligaciones con nuestro cónyuge, amigos o familia causan conflictos en nuestro interés y hay complicaciones que nos desvían de disfrutar de relaciones reales e íntimas. A donde voltees se promete placer y felicidad, pero terminas por sentirte herido y vacío. En esta serie descubrirás cuales son las áreas que necesitas cambiar para tener relaciones reales con Dios, familia y otros.