Hay un concepto erróneo que la iglesia es un lugar donde se reúnen la gente santa y perfecta. Además, algunos piensan que ser un cristiano quiere decir que observas un número de reglas y mandamientos. La realidad es que la vida cristiana es una relación con Jesucristo. El centro o "corazón" de la relación es una invitación que Jesucristo le extiende a personas de cualquier índole o naturaleza: "Sígueme."