La primera invitación de Jesucristo a sus discípulos fue simple: Sígueme. Los invitó a observar y escuchar sus interacciones con su Padre celestial y con otros. Al pasar el tiempo, sin embargo, los que lo siguieron comenzaron a descubrir el carácter de Dios a través de Jesucristo. En ese descubrimiento ellos se encontraron atraídos a tomar el segundo paso: Cree.